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viernes, 21 de noviembre de 2008

La integración de los alumnos con capacidad diferentes

Dando una muestra de lo que pueden dar los discapacitados mentales,
la delegación argentina que participó de las Olimpíadas Especiales
en los Estados Unidos regresó cargada de medallas y alegría.
El grupo estuvo integrado por 72 atletas seleccionados
entre mil cien jóvenes con síndrome de Down,
o que son autistas o presentan lesiones en alguna
zona del cerebro.Estos resultados dan cuenta del nivel de
desarrollo que pueden alcanzar los chicos discapacitados si son
atendidos correctamente y no son discriminados o postergados.
Consiguientemente, recuerdan la necesidad de multiplicar
los esfuerzos sociales para incluirlos y darles mayores
oportunidades en lugar de humillarlos.
La conciencia de esta necesidad fue creciendo, sobre todo
a partir de 1981, el Año Internacional del Discapacitado.
En el país ello se ha ido trasladando muy lentamente a la
práctica, con luces y, también, con sombras, como queda en
evidencia cuando se advierte que un discapacitado motor
todavía tiene dificultades para circular por las calles y
subir a los medios de transporte.
Entre las luces no sólo podemos encontrar al desempeño de los
jóvenes en ésta y en anteriores ediciones de las Olimpíadas Especiales.
También se destaca la creciente inserción de chicos con
discapacidades físicas y mentales en escuelas públicas comunes.
En la ciudad de Buenos Aires, entre jardines, primarias y secundarias,
asisten día a día unos mil doscientos chicos discapacitados,
quienes comparten el aula y el juego con los restantes alumnos.
Es importante que la experiencia crezca, se extienda a otras
jurisdicciones y logre alcanzar a más chicos discapacitados.
Es obvio, para el caso de las discapacidades mentales, que no todos
se encuentran en condiciones de integrarse a una escuela común,
pero,en contra de cierta mitología, la posibilidad de inserción no
depende sólo del diagnóstico médico sino también de cómo puede
incluirse ese alumno y cuáles son sus posibilidades de aprendizaje.
cuando no es posible participar en una escuela común, las escuelas
especiales deben estar abiertas para proporcionarles una formación
educativa y laboral.
Los discapacitados, en especial los chicos, tienen derecho al futuro,
a la educación, al deporte y al trabajo.Los restantes miembros de la
sociedad, comenzando por las autoridades, no sólo deben contribuir
a paliar las limitaciones de los discapacitados, sino que también
deben promover el respeto por las diferencias y la práctica de la
solidaridad con quienes están menos favorecidos.

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