Los buenos padres dan regalos,
los padres brillantes dan su propio ser
Este habito de los padres brillantes contribuye a
desarrollar a sus hijos: auto estima, protección de la
emoción, capacidad de trabajar pérdida y frustraciones,
de filtrar estímulos estresantes, de dialogar, de escuchar.
Los buenos padres atienden, dentro de sus posibilidades,
los deseos de sus hijos. Hacen fiestas de cumpleaños,
compran zapatillas, ropa, productos electrónicos,
les brindan viajes. Los padres brillantes dan algo
incomparablemente más valioso a los hijos. Algo que
todo el dinero del mundo no puede comprar: su ser,
su historia, sus experiencias, sus lágrimas, su tiempo.
Los padres brillantes, cuando tienen posibilidades,
les dan presentes materiales a sus hijos,pero no los
estimulan a ser consumistas, pues saben que el
consumismo puede aplastar la estabilidad emocional,
generar tensión y placeres superficiales. Los padres
que viven en función de dar regalos a sus hijos son
recordados por un momento. Los padres que se preocupan
en dar su historia a los hijos se vuelven inolvidables.
¿Usted quiere ser un padre o una madre brillante?
Autor: Augusto Cury.
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